EnTre Mis BrAZos




Abrí los ojos y supe que había algo diferente esa mañana.
Me levante, no había ruido, sentí estar viviendo en cámara lenta, como si aún continuara embrujada por el sueño. Casi eran las doce, mi familia dormía, extrañamente no habían ido a sus trabajos.
Algo se tornó ahogante en el aire, un presentimiento me apretó el pecho, corrí a la calle. Un ciclista dormía sobre el pavimento fuera de mi casa, como si el sueño lo hubiese vencido mientras pedaleaba. Levante la vista y descubrí la razón del silencio de aquel día. La ciudad y la gente dormían, los vehículos estaban detenidos en medio de las calles, todo lo que siempre corre y grita, de pronto se había paralizado, la ciudad vencida ante el estrés.

Lo había soñado, lo había deseado de tal modo que fue real. Recordé haber leído aquella historia de los amantes que perdían todas las cosas que estorban y que llenan nuestras vidas y así en el vacío, aprendían a amarse. En ese momento lo desee, quise perder el mundo, perderme con ella e inventarle un amor desconocido.

En algún lugar tomé una moto y la conduje a toda velocidad como un eco entre las calles somnolientas.
Llegue a su casa y la encontré entre las sábanas, soñé que besándola despertaría, buscando su boca encontré un beso suave y pausado, enrede mi lengua entre sus labios y permanecí unos segundos con los ojos cerrados, pero al abrirlos ella aún dormía, no despertó de su hechizo con un beso.

La desnude con calma y entre en la cama junto a ella, rozaba su piel con la mia, mi mano sobre su pecho la sentía latir, se enredo entre mis brazos, respirábamos y sus costillas se hinchaban a un ritmo. Mi pecho con dedicación acariciaba su espalda, estos dedos locos e inquietos, recorrían su cuerpo formando caminos sobre la desnudez que tantas veces había imaginado.
La tenía para mí, sin su rutina, sin distracciones y sin mi timidez paralizante, pero más lejana que nunca. Era una felicidad amarga.

Nos pasaron varios días y varias noches por encima, se aclaraba y oscurecía su piel, sombras y luces iban cayendo en su cuerpo como tonos que se degradan o apasionan según la voluntad del pintor.
Pensaba en si algún día ella sabría lo que había hecho por tenerla, si llegaría a conocer la fuerza de mi amor que iba más allá de lo real, del espacio y del tiempo.
De pronto perdí la noción, no supe cuantos días llevaba dormida entre mis brazos, sólo sé que fueron los suficientes para arrastrarme al borde de la locura, por no poder sentirla, por no poder atarme a su piel y amar con todos los sentidos.

Me estaba enloqueciendo, traté de recordar como había partido todo eso. La culpa era de mi deseo imperfecto, mi humano deseo de perder el mundo, perderme con ella, no dejarla partir lejos como estaba sucediendo. Desee de nuevo, desee un cambio, un final.

Amanecí redondeando sus caderas, puliéndole la piel de tanto acariciarla, de tanto soplar, como el viento, sobre el mármol distante en que estaba convertida.
Me apoderaba de su cuerpo, hundiéndome en su olor, navegando en su espalda, queriendo sentirla. Inútilmente, trate de dormir y fundirme en un sueño mutuo con ella.
Se me fue el día y llego el atardecer, que de pronto fue fuego y se reflejó incendiario sobre nosotras, descubriéndome a la luz ígnea, enredada entre su pelo.
Esa realidad simulaba un infierno, éramos prisioneras de la fuerza de mis deseos, ese era mi castigo por amar más de lo que la realidad nos ha permitido como simples mortales.

Las llamas abrazaron la habitación, el calor tormentoso me humedecía las culpas y nada me parecía más hermoso que un fin, fundida en ceniza con ella, entre ella.
Pero quién ordena nuestras vidas quiso algo diferente.
Apareció sin aureola y sin alas negras, arrodillado a los pies de la cama, sin hablar de miedos ni de perdones, me dio dos alternativas.
Podía elegir entre volver el mundo a la realidad y pasar esa noche con ella, pero antes del amanecer haber condenado mi alma tan poderosa al infierno para siempre.
O podía pasar el resto de mi eternidad con ella, en un sueño inconsciente entre mis brazos.

Comentarios

Diva dijo…
Hola Escribana: Respecto a los mexicanismos, tú sólo pregunta que yo intentaré contestar. Claro que te comprendo, mira que estamos de punta apunta del continente: tú del lado austral y yo del lado boreal. Tú dime, has la lista de lo que requieras saber, de la misma forma en que yo la haré cuando no entienda tus "chilenismos". Saludos, es bueno estar por acá.
Diva dijo…
Güey= Tipo, fulano de tal, cualquiera. Ya si es entre amigos es para sustituir el nombre es como el "pana" para los colombianos.

vochito: Automóvil Volkswagen modelo sedán el clásico vehículo anfibio muy popular de los 60

Ojete: Persona que no es agradable por lo tanto se le compara con el "ojete" que sería el ano...

Chingado: Es como decir carajo. En México se usa mucho, mucho decir chingado, chingada, chingar. Puede ser denotación de molestia o felicidad. ¡Creo que le dedicaré un post entero a esto!

Jeje. Pues servida escribana y si quieres, mándame un correo a plumsugar_fairy@hotmail.com, para seguir con las dudas. Saludillos desde T.J.
Anónimo dijo…
sabes, wuau, quiero seguir leyendo, pero el cansancio adormece mis parpados,creo que si sigo leyendo, me quedare inpregnada de escritos bajo mi piel, y , esta noche quiero dormir plena, como un angelito recien nacido jejeje.

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